En todo su esplendor y en gran número de variedades, los cardos pueblan estos días márgenes de senderos y carreteras, tiñendo el paisaje de tonos violáceos.
El río Ripoll, afluente del Besós (Barcelona). Aún después de las últimas lluvias no ha alcanzado el caudal que lleva normalmente, pero se ha mantenido la fauna , peces y patos a pesar de no estar en las mejores condiciones.
El árbol que produce estas pequeñas ciruelas lo encontré en medio de un bosque. No se si se trata de un ejemplar de cultivo que fué a parar allí casualmente o es un prunus silvestre. En cualquier caso sus frutos son preciosos.